En la noche del pasado viernes 1 de abril se celebró en la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal el Vía Crucis que cada Cuaresma preside el Cristo de nuestro paso de “La Tercera Palabra”. Un Vía Crucis muy especial por partida doble: en primer lugar, por lo que suponía celebrar este acto de una forma muy similar a la que se venía haciendo hasta antes de esta pandemia que nos sigue haciendo cambiar tantos y tantos aspectos de nuestras vidas, incluida la “vida de hermandad”; y por otro, por estar próximos a conmemorar la septuagésima quinta salida procesional de la imagen protagonista de este ejercicio de piedad.
De este modo, cumpliendo todas las medidas sanitarias y con la imagen de Cristo dispuesta en el presbiterio, acompañada de los hermanos que componían el primer relevo de portadores, se abrieron las puertas de nuestra sede canónica para celebrar este solemne, íntimo y ya tradicional Vía Crucis cuaresmal, con el que nos preparamos espiritualmente para, en los próximos días, vivir con intensidad tanto el misterio nuclear de nuestra fe como la propia misión fundacional de la Cofradía.
En un ambiente recogido, a media luz, con el incienso impregnando el templo con su fragancia, y con los sentimientos a flor de piel gracias también al acompañamiento musical tanto del “Coro Siete Palabras” como del “Piquete de Honor” de la Cofradía así como por la interpretación al órgano de José Sobrino Ducay, el acto contó con una nutrida asistencia de cofrades, familiares y amigos, acudiendo también hermanos mayores y representantes de otras cofradías y hermandades de la Semana Santa zaragozana.
El momento más emotivo se produciría, una vez más, coincidiendo con la duodécima estación, en la que tanto el cortejo con la imagen de Cristo como la presidencia encabezada por el guion titular, una de las cruces In Memoriam y por los miembros de la junta de gobierno, hermanos mayores de honor, nuestro consiliario Fernando Urdiola y el sacerdote y cofrade Pablo Vadillo, se trasladaron hasta los pies del retablo-altar en donde todo el año permanecen expuestas al culto las imágenes de nuestro paso titular. Allí, y además de la lectura bíblica correspondiente y de la oportuna reflexión por parte del Hermano Mayor, se daría lectura a un sublime poema del hermano Joaquín Pintanel, dando paso seguidamente al sentido homenaje tributado a los hermanos difuntos de la Cofradía, con especial mención a los hermanos y familiares que han fallecido en los últimos meses.
