El 20 de marzo de 1997, en el Salón del Trono del Palacio de Sástago, tuvo lugar la presentación del libro “50 años de tambor en la ciudad de Zaragoza”, del que fue autor nuestro hermano Mariano Rabadán Pina.
Al acto, que estaba organizado por la Diputación Provincial de Zaragoza y por nuestra Cofradía, asistieron un gran número de personas entre autoridades tanto eclesiásticas como civiles, cofrades, familiares y representantes de otras cofradías y entidades.
Las diferentes instituciones se sumaron a dicha presentación. Unos excusaron su presencia como el Presidente de la Comunidad Autónoma, Excmo. Sr. D. Santiago Lanzuela, o el Presidente de las Cortes de Aragón, Excmo. Sr. D. Emilio Eiroa, los cuales enviaron a nuestra Cofradía su apoyo a dicho acto.
La mesa presidencial estaba formada el Presidente de la Diputación Provincial, Excmo. Sr. D. José Ignacio Senao; el Justicia de Aragón, Excmo. Sr. D. Juan Monserrat; el representante del Arzobispo, D. Luis Antonio Gracia Lagarda; D. Mariano Rabadán Forniés, hijo del autor del libro; y nuestro Hermano Mayor, D. Pedro José Hernández Navascués.
El contenido del libro supuso un enorme trabajo de investigación llevado a cabo, con su buen saber y su cariño, por nuestro hermano Mariano Rabadán y su estrecho colaborador Manuel Martín Castañer, la profusión de fotografías tanto actuales como de los primeros años de nuestra Cofradía y el gran trabajo editorial realizado por Luis Beltrán, hacen de este libro una hermosa obra de arte, un brillante colofón en las celebraciones de nuestro cincuentenario.
A continuación reproducimos las palabras que el acto pronunciaron tanto Mariano Rabadán Forniés como nuestro Hermano Mayor.
Palabras del hijo del autor del libro, Mariano Rabadán Forniés
Excmo. Sr. Presidente de la Diputación de Zaragoza, Excmo. Sr. Justicia de Aragón, Ilmo. Sr. Hermano Mayor de la Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan Evangelista, señoras y señores:
Constituye para mí un motivo de gran satisfacción participar en este acto de presentación del libro «Cincuenta años de tambor en la ciudad de Zaragoza», que con tanta ilusión y dedicación escribió mi padre poco antes de su fallecimiento, hace ahora cuatro años, con la inestimable colaboración de Manuel Martín Castañer.
Quiero, en primer lugar, expresar mi mayor agradecimiento y el de mi familia a la Diputación de Zaragoza y a la Cofradía, que han hecho posible la edición y publicación de esta obra, que constituye, de alguna manera, el reflejo de la historia de nuestra Cofradía, con la que mi padre, mis hermanos y yo mismo nos hemos sentido y nos sentimos tan identificados.
Mi padre fue fundador de la Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan a principio de los años cuarenta, con el núcleo original de miembros de la Acción Católica, recogiendo la tradición aragonesa de la celebración de la Semana Santa con el fragor de los bombos, timbales y tambores. Siempre sintió por ella y por sus hermanos el mayor afecto, que nos transmitió a sus hijos, tal y como se refleja en el libro que estamos ahora presentando.
Quiero dedicar, en este momento, un especial recuerdo a nuestro consiliario, Mosén Francisco Izquierdo Molins y a los primeros Hermanos Mayores (Emilio Lasala y Fernando Hué), así como a todos los que, posteriormente, tuvieron las responsabilidad de consolidar y extender la Cofradía, con un meritorio esfuerzo y dedicación, entre ellos Mariano Biu y el actual Hermano Mayor, Pedro Hernández. Con todos ellos, así como con muchos hermanos de la Cofradía, mantuvo mi padre una estrecha amistad.
Mis hermanos y yo llegamos a la Cofradía en los años cincuenta y, cómo no, nos integramos en la Sección de Tambores. Recuerdo con gran ilusión nuestros ensayos previos a la Semana Santa, entre otros lugares en la antigua Feria de Muestras, donde se imponía la disciplina de la asistencia a los mismos durante dos meses, que debíamos hacer compatible con nuestro trabajo o estudios.
Nunca tomamos con ligereza nuestra actuación en la Cofradía, y la Sección de Tambores (ahora hay varias, con más de 500 tambores), consideraba estos ensayos y su participación en la mañana y tarde del Viernes Santo, tanto en el desfile procesional de la Cofradía como en la procesión del Santo Entierro, como una preparación cuaresmal a la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Es difícil describir la profunda emoción que nos embargaba cuando, a las doce en punto de la mañana, se abrían las puertas de San Cayetano para iniciar el pregón de las Siete Palabras, que terminaba siempre puntualmente a las tres de la tarde. Asimismo, y en el intermedio del fragor de los tambores, podíamos dedicarnos a la meditación durante las siete paradas en las que se glosaban, por ilustres oradores, con fuerza y sentimiento, las últimas palabras de Jesús, que resonaban como un aldabonazo en nuestros corazones.
Para muchos de nosotros vino, más tarde, por razones de trabajo o profesionales, el desplazamiento a otros lugares de la geografía nacional e incluso al extranjero, pero siempre mantuvimos los vínculos afectivos con la Cofradía, que se ha preocupado siempre de impulsarlos.
No quiero ocupar más tiempo en este capítulo de agradecimiento y recuerdo, pero sí deseo señalar que tengo la seguridad de que, tanto mi padre, como todos los que nos han precedido, impregnados por el espíritu de nuestra Cofradía, celebran con la mayor alegría, no solo este acto, sino todas las vivencias que la Cofradía, a través de todas sus actuaciones y, en especial, en la Semana Santa, nos transmite y nos seguirá transmitiendo.
Muchas gracias.
Palabras del Hermano Mayor, Pedro J. Hernández Navascués
Excmo. Sr. Presidente de la Diputación de Zaragoza, Excmo. Sr. Justicia Mayor de Aragón, Excma. Sra. Diputada de Cultura Dª María Dolores Campos, Excmo. Sr. Presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías, Hermanos Mayores, amigos:
Queremos, en primer lugar, agradecer a la Excma. Diputación de Zaragoza, a Ibercaja y a la Caja de Ahorros de la Inmaculada, la colaboración que nos han prestado para que este hermoso libro esté hoy en nuestras manos.
Agradecimiento también a directores y funcionarios de esta Diputación por su disposición y colaboración, tanto en la exposición de nuestro cincuentenario, como en esta presentación.
Agradecimiento también a las autoridades que nos acompañan y que dan realce a nuestro acto y a los medios de comunicación aquí presentes.
En este libro que ahora os presentamos, no se refleja sólo la historia de cincuenta años de tambor en Zaragoza, sino todos los hechos acaecidos en la Cofradía de las Siete Palabras, desde que en el año 1940, un grupo de jóvenes encabezados por Mosén Francisco Izquierdo Molins, decidió fundar una Cofradía de Semana Santa que recordara al pueblo zaragozano el testamento de Cristo moribundo en la cruz, a través de las Siete Palabras.
Recordando sus orígenes entenderemos que Mosén Francisco, natural de Torrecilla de Alcañiz, trasplantara la tradición bajoaragonesa de su tierra a la capital del Reino de Aragón a través de nuestra Cofradía, pues también creó, con un grupo de jóvenes de la JOC, la Cofradía del Ecce Homo, con la que se recuperó otra tradición: las matracas.
Recordemos también a D. José Alejos Salvo, el «Pepinero de Alcañiz» que nos honra con su presencia y que en el año 40, desplazándose de su ciudad, fue quien enseñó a los primeros hermanos el toque y los toques del tambor y de cuya época la Cofradía conserva y toca en sus procesiones la famosa «Palillera de Alcañiz».
Recordemos también a nuestro querido hermano, Mariano Rabadán Pina, que fue al encuentro del Padre el 4 de marzo de 1993 y que no ha podido ver la publicación de su última obra pero que lo tenemos presente en este acto a través de sus hijos, también hermanos nuestros y que aquí nos acompañan.
En este libro, además, encontraréis, desde el «Acta Fundacional de la Cofradía», paso a paso, sus procesiones, sus predicadores, su discurrir a través de la Semana Santa zaragozana con sus actos, algunos de ellos innovadores y que han sido la base y el espejo, hacia donde han dirigido su mirada otras organizaciones cristianas, para seguir con la pauta marcada por nuestra Cofradía.
Algunos, como los fundadores y veteranos, encontraréis nostalgia, tal vez, al contemplar las fotografías y hechos por vosotros vividos en los primeros años; otros recordaréis vuestra labor y trabajo en los años que tuvisteis responsabilidades en la Junta y procesiones: y, finalmente, otros recordaréis con cariño la publicación de vuestros versos y poesías en honor de nuestra Cofradía.
Esperamos que, con este libro hayamos ayudado a conocer y difundir más aún si cabe, nuestra Cofradía y nuestra Semana Santa.
Muchas Gracias.