Hablar de cumplimiento implica hablar de sueños…
Seguramente todos los que estamos aquí, cuando éramos pequeños nos preguntaban muchas veces: ¿qué quieres ser cuando seas mayor? Cada uno de nosotros nos forjamos un hermoso sueño que vivir: Sí, un futuro inmenso y muchas ilusiones que proyectar…
Cuando decimos que estamos contentos con nuestra vida en el fondo estamos reconociendo que nuestros proyectos los hemos podido realizar tal y como los concebimos, y que el resultado se acerca en gran medida a la realidad que habíamos soñado.
También Dios se había encarnado en el mundo para construir una realidad más hermosa, más feliz, donde diera gusto vivir, en el que no hubiera nada que hiciera sufrir a los hombres, ni la enfermedad, ni la injusticia, aún menos el desamor,
Jesús también había fue niño y también tuvo un sueño un sueño…
Y la historia que compartimos y vivimos hoy nos recuerda el sueño de Dios hecho añicos, la debilidad de Dios, el fracaso de Dios y la muerte de Dios.
Hoy, Viernes Santo escuchando a Jesús escuchamos este casi último grito estertor de Cristo en la Cruz ¡Todo se ha cumplido!
Todo lo escrito está cumplido. Cristo, con su muerte pagó el precio completo de nuestra salvación. En las palabras de Cristo en la cruz se sintetiza su vida:
Que hubiera perdón para todos. (Primera palabra)
Poder dar consuelo a aquellos que buscan la reconciliación con Dios. (Segunda palabra)
Regalarnos a una madre que velara por nosotros; (y) para que no nos sintiéramos solos. (Tercera palabra)
Fortalecer la fe. (Cuarta palabra)
Que Cristo se convirtiera en nuestra fuente de agua viva. (Quinta palabra)
Paradójicamente, el sueño de Jesucristo se realiza plenamente. El sueño era regalar vida, perdón, y salvación a todos.
El sueño de Jesús no era sólo para sí. Jesús soñaba con toda la humanidad, soñaba contigo para abrirte las puertas de su reino, compartir tu fracaso, llevar tu cruz, morir, no por cualquier causa sino por amor, para dar sentido a todas las cruces, a todas las muertes y también las nuestras. Para que podamos comprender que el sentido de la vida está en ofrecer y regalarnos a las personas que tenemos cerca…
«Todo se ha cumplido».
Jesús, obediente al Padre, ha cumplido con creces la misión recibida, se ha vaciado por completo. La sangre ha sellado el pacto, ha regado la tierra y ha fecundado la semilla del nuevo amor.
Todo está terminado. El reloj de Dios marca una nueva hora, la del perdón y la misericordia como forma de vida.
¡Hermano de las Siete Palabras y San Juan Evangelista, cristiano que te acercas al misterio de la cruz…, no es el dolor, ni el sufrimiento lo que redime, es Cristo el que salva porque es el único de puede dar sentido a nuestros anhelos y sueños más profundos!
Es el amor de Cristo, la cruz habitada por Jesús, el hijo de Dios, lo que da cumplimiento a todo el plan de Dios en nuestra vida. Si no descubrimos su voluntad nunca podremos experimentar la felicidad que brota de su amor y que quiere compartir con nosotros.
Hoy se nos invita, no sólo, a soportar la cruz, se nos invita más bien a abrazarla, teniendo la seguridad de que cuanto más grande es la cruz que vivimos, mayor es el amor que nos tiene a cada uno de nosotros. Todo está consumado, el amor de Dios en nuestra vida hecho sufrimiento regalado y ofrecido por amor.
Rvdo. D. Fernando Arregui Moreno
Consiliario de honor de la Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan Evangelista y párroco de la parroquia de San Gil Abad